jueves, 9 de julio de 2009

Rompiendo los límites

Bueno... son muchos los obstáculos que vemos en el camino.

Puertas que se abren y se cierran en tu cara sin ninguna explicación; gente que te da la mano y de la noche a la mañana te da la espalda, dejando heridas que parecen no tener sanidad; personas que se disfrazan de ovejas y terminan siendo lobos; caminos con barreras, con muros... son caminos obscuros que parecen no tener salida.


Son situaciones que te llevan al punto de la desesperación, donde sientes frustración y quieres rendirte, donde llegas al punto donde quieres dejarlo todo y enganchar los guantes para salir corriendo... Ahí es donde viene esa voz que te engaña y busca hacerte olvidar lo que has recorrido, diciéndote que tu tiempo está perdido, que te rindas que no vale la pena seguir luchando esa voz que sólo busca ponerte límites.

Pero ahí llega el momento de la calma en donde te das cuenta que no todo el camino ha sido malo, que aunque parezca una calle sin salida realmente sólo ha sido un desvío temporero; ahí es donde se encuentra esa mano que te da aliento, la mano del que nunca falla, el que es 100% fiel, que aunque el mundo entero te traicione Él nunca te traicionaría; donde escuchas la voz que te dice que es suya la venganza, que te dice que no te preocupes, que Él te devolverá todo lo que te han quitado, que te hace entender que esto es parte del proceso y que es necesario que esto ocurra, que te dice que confíes en Él y no en los hombres. Una voz que te consuela, una voz que conoce tu corazón y todo lo que en él está escondido, que te dice que tú puedes, que Él te dará la fortaleza, que te dice que seas diferente, que te motives a mantener la diferencia, te dice que no temas porque al final junto con Él vas a seguir rompiendo los límites.

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