No existe un momento del día en que pueda olvidarme de ti. El mundo parece distinto cuando no estás junto a mí. No hay bella melodía donde no surjas tú, ni yo quiero escucharla si no la escuchas tú.
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Es que te has convertido en parte de mi alma, ya nada me conforma si no estás tú también. Más allá de tus labios, del sol y las estrellas, contigo en la distancia, amada mía, estoy. .
Al
final de este viaje, en la vida quedarán nuestros cuerpos hinchados de
ir a la muerte, al odio, al borde del mar. Al final de este viaje, en la
vida quedará nuestro rastro invitando a vivir -por lo menos por eso es
que estoy aquí.
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Somos
prehistoria que tendrá el futuro, somos los anales remotos del hombre.
Estos años son el pasado del cielo, estos años son cierta agilidad con
que el sol te dibuja en el porvenir; son la verdad o el fin, son Dios.
Quedamos los que puedan sonreír en medio de la muerte, en plena luz.
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Al
final de este viaje, en la vida quedará una cura de tiempo y amor, una
gasa que envuelva un viejo dolor. Al final de este viaje, en la vida
quedarán nuestros cuerpos tendidos al sol, como sábanas blancas después
del amor.
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Al
final del viaje está el horizonte, al final del viaje partiremos de
nuevo, al final del viaje comienza un camino -otro buen camino- que
seguir descalzos, contando la arena. Al final del viaje estamos tú y yo
intactos. Quedamos los que puedan sonreír en medio de la muerte, en
plena luz.
Las ideas son balas hoy día y no puedo usar flores por ti.
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Ah, este día tan triste. . Con una compañera de trabajo llorábamos mientras nos acordábamos de unos versos: "como beber dessa bebida amarga/tragar a dor, engolir a labuta/mesmo calada a boca, resta o peito/silêncio na cidade não se escuta". No es la pérdida de un cargo político lo que lamentamos. Sentimos la violación (así como suena) de nuestros derechos, el desamparo, la impotencia delante de todo, la poca esperanza que queda.
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Llorábamos porque, en el fondo, creíamos que no pasaría nada, que era nomás una "moda" decirse favorable al golpe, pero no. Es real. Hoy más que nunca.
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Nuestra compañera Dilma, mujer como nosotras, mujer como mi madre -de quien heredé algo de pasión(al) política- sufrió terrible injusticia y nos dolió mucho.
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Estoy triste y hoy no me sale hablar de amor. Tampoco hablar de política, puesto que cientistas políticos hay para hacer dulce los últimos días. Me sale únicamente lamentar por el futuro negro que se dibuja; por el futuro de Daniel, por mi propio futuro y el de la gente que amo.
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Pronóstico de tiempos oscuros y, la verdad que sí, hay mucho que temer.
Hoy mi deber era cantarle a la Patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza. Hoy era un momento más bien optimista, un renacimiento, un sol de conquista. Pero tú me faltas hace tantos días, que quiero y no puedo tener alegrías. Pienso en tu cabello que estalla en mi almohada y estoy que no puedo dar otra batalla. Hoy yo que tenía que cantar a coro, me escondo del día, susurro esto sólo: qué hago tan lejos, dándole motivos a esta jugarreta cruel de los sentidos. Tu boca pequeña dentro de mi beso, conquista, se adueña, no toca receso. Tu cuerpo y mi cuerpo cantando sudores, sonidos posesos, febriles temblores. Hoy mi deber era cantarle a la Patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza. Y creo que, acaso, al fin lo he logrado, soñando tu abrazo, volando a tu lado. .
.Ayer cumplió añitos mi amado trovador, don Silvio. No tenía internet, así que no le pude rendir el debido homenaje, pero hoy quisiera, Silvio, dedicarte estos versos (tuyos): .
Silvio, en tu día, no dejamos de mandarte nuestro amor. Silvio, en tu día, con las vidas construimos tu canción.