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Ayer conocí un cielo sin sol y un hombre sin suelo,
un santo en prisión y una canción triste sin dueño.
Y conocí tus ojos negros...
y ahora sí que no puedo vivir sin ellos yo.
Le pido al cielo solo un deseo, que en tus ojos yo pueda vivir,
he recorrido ya el mundo entero y una cosa te vengo a decir:
viajé de Bahrain hasta Beirut, fui desde el norte hasta el Polo Sur
y no encontré ojos así como los que tienes tú.
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un santo en prisión y una canción triste sin dueño.
Y conocí tus ojos negros...
y ahora sí que no puedo vivir sin ellos yo.
Le pido al cielo solo un deseo, que en tus ojos yo pueda vivir,
he recorrido ya el mundo entero y una cosa te vengo a decir:
viajé de Bahrain hasta Beirut, fui desde el norte hasta el Polo Sur
y no encontré ojos así como los que tienes tú.
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