Sábado fue y caprichoso el beso dado,
Capricho de varón, audaz y fino,
Mas fue dulce el capricho masculino
A este mi corazón, lobezno alado.
No es que crea, no creo, si inclinado
Sobre mis manos te sentí divino
Y me embriagué; comprendo que este vino
No es para mí, mas juega y rueda el dado...
Ya soy yo la mujer que vive alerta,
Tú el tremendo varón que se despierta
Y es un torrente que se ensancha en río
Y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
Tú, que nunca serás del todo mío.
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